domingo, 30 de junio de 2024

Saquen de mi vista esta dimensión perdida

Espejito, espejito no me engañes tan certero 
mirándome con esa farsante devuelta
No conozco esa mirada, no reconozco esa ausencia de ser 
Tan poco erguida, tan poco desenvuelta

Vitrina, vidrio, reflejo no me sorprendan no espanten mi cordura con sus caras transformadas
Con sus caras alocadas, no me asusten con sus danzas desaforadas

Vidrio roto en el piso no me llores no me busques clemencia, tus lágrimas no logran limpiar toda la sangre derramada por las oportunidades muertas, decisiones erradas te golpean el cuello con un hacha queriendo decapitarte mientras en cuatro sigues en el piso rogando aguantar un poco más el dolor, ignorar un poco más la realidad, dejando que las lágrimas te nublen la masacre que bajo tus rodillas dejaste. A la espera de que el hacha por fin te corte la cervical y despiertes de esta mala pesadilla. Pero no es un sueño, tampoco un juego, no puedes renacer, no puedes reescribir la partida, este es el mundo real y estás ad portas de morir.


Algo en mi se quebró y ahora soy dos personalidades, cuatro4, cinco5. Me fragmenté y todas las partes de mi escaparon a los extremos de cada dirección espantadas las unas de las otras, espantadas de mi cuerpo que sigue ahí jadeando, sangrando decapitado mirando su reflejo tratando de encontrar salvación en su propia mirada perdida, en el reflejo roto, en esta realidad quebrada.

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